La construcción inicial de un golem continua siendo una labor mundana, si bien de alguna manera compleja, que requiere una gran destreza y recursos adecuados (normalmente metal, arcilla o piedra.) La mayor dificultad que sigue al montaje reside en la puesta en marcha, un proceso que requiere un conocimiento extraordinario de la tradición mágica y una fuente de gran poder arcano. La activación se consigue canalizando y vinculando energías dentro de cada sección específica de la construcción. Por último, se lleva a cabo el paso fundamental: El sellado de la Palabra, normalmente grabada en la superficie o en el interior del golem durmiente. A través de este proceso, el maestro obtiene control absoluto sobre el autómata, un vínculo que no se romperá a no ser que se destruya la Palabra. En ese caso, el golem volverá a sumirse en un letargo de estado inerte.
Apenas se han visto golems en el reino Rendel, pero aparecen a menudo en los mitos y leyendas de nuestros vecinos, ancestros y previos habitantes de estas tierras. Su uso es de lo más variado: desde obreros y porteadores a pieza fundamental de antiguas armadas. Es evidente que un autómata sin cerebro, incansable y brutal, puede ser un recurso muy útil, pero también un enemigo terrorífico si cae en las manos equivocadas.
Se ha teorizado sobre la existencia de un método alternativo para despertar a los golems, un método lleno de riesgos y peligros. Mientras la Palabra proporciona un sentido limitado de consciencia dentro de los confines bien delimitados de la servidumbre, en la ausencia del conocimiento arcano adecuado, se cree que es posible imbuir un recipiente de cristal con poder sobrenatural para insuflar vida a un golem. Debido a que la propiedad no se imprime dentro del cristal, es preciso grabarla sobre su superficie y no sobre el golem. Una vez la apariencia de vida se haya infundido al autómata, este seguirá las instrucciones de su amo siempre y cuando el cristal permanezca intacto. En el caso de que, los dioses no lo quieran, esta conexión se pierda, las energías contenidas en él se verán liberadas y desatarán en el Mundo una descarga de furia vertiginosa, irracional e incontrolable. El efecto destructivo que podría tener en la sociedad la liberación de un golem de este tipo es inimaginable.
Con esta práctica alternativa al sellado, los magos con menos experiencia también pueden disponer del poder de los golems. Sin embargo, a la larga el precio es demasiado alto: La proximidad entre el maestro y el golem debe mantenerse, ya que cuanto más débil sea la fuerza de voluntad, menor será el vínculo. Una vez se haya debilitado hasta un punto determinado, el vínculo se romperá irremediablemente con los devastadores efectos que se han mencionado anteriormente. Exploradores y enviados a las tierras de Rengot informan de que este es precisamente el método que utilizan los eruditos de Rengot para capturar antiguos golems durmientes. Además, aún con una energía vital mucho más pequeña que la de un experimentado golemante, el maestro es llamado a filas para luchar con su criatura golem en la batalla. Un maestro de la guerra de Rengot sería desde luego algo digno de contemplar.